Supuesta imagen satirizada de Fulco en la catedral de Teruel,
el obispo Fulco de Tolosa (actual Toulouse) y jefe de la Cofradía Blanca.
Don Fulco no siempre fue clérigo. De hecho, cuando aún le
llamaban Foulquet de Marsella, en sus tiempos jóvenes fue un delgado trovador
que fue de castillo en castillo amenizando a los nobles y tomando contacto con
la herejía albigense de la que se impregnó.
Pero todo cambió, tomó los hábitos, abrazó la ortodoxia,
engordó y cambió de bando, llevándose con él demasiada información. Lo que
nunca dejó de hacer fue componer y cantar poemas. Ahora eran más religiosos que
mundanos, …pero dicen los que los oyeron que sonaban igual de fatal.
(LA PROMESA DEL ALMOGÁVAR)
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